La Cal Industrial En Chile:
La cal en Chile nace su producción industrial, por SOPROCAL a partir de conchuelas, en la década del 40 (1940) con una planta en Cartagena, que operó durante 24 años.
Para el mundial de fútbol, en 1962, con ayuda del Estado de Chile, comienza la construcción de SOPROCAL de su nueva planta en Melipilla, la que es ampliada en un 60% en 1969, actuales instalaciones, con capacidad real para unas 100.000 a 110.000 t/año.
El año 1985, aparecen en la Industria Nacional de Cemento en Antofagasta, Ejecutivos de MEL, John y Kenneth, consultando por cal y generan la intención de qué, por primera vez en Chile, una empresa productora de cemento pudiese fabricar cal para uso en minería, el producto lo requerirían 6 años después, para 1991, en una planta de flotación con tratamiento de mineral de 85.000 tpd y consumo de cal de 1,8 kg/ton. (50.000 Ton., de cal por año).
El Gerente General de esa época, en INACESA, Héctor Gómez Cobo., Q.E.P.D., presentó la idea al Directorio de CBB (Cementos Bío Bío) y aprovechando el alicaído mercado de la construcción, se comenzó a utilizar el tiempo ocioso del horno que producía Clínker para cemento, en experiencias para producir cal viva.
Las producciones, de las experiencias en el horno de clinker, fueron entregadas a la Minera Mantos Blancos, dada la cercana relación de amistad entre los Gerentes Generales, Gómez y Urrutia, INACESA le vendía caliza para la fundición que tenía esa empresa. La cal, Mantos Blancos la compraban a un empresario que procesaba conchas de locos, en un horno artesanal en Antofagasta y que obviamente tuvo que cerrar.
Se comenzó vendiendo cal a empresas pequeñas y medianas y cuando lo requirió Escondida en 1991, ya estábamos empoderados en el conocimiento de la cal, meses antes habíamos publicado la primera edición del libro “La Cal en el Beneficio de los Minerales” y el trato con los “gringos” se facilitó, confiaron en los conocimientos que había de la cal en Chile.
El desarrollo de la minería fue muy rápido, por nombrar algunas: Collahuasi; Zaldívar; Minera El Inca; Vilacollo; Candelaria; Fabián; Esmeralda; Challacollo; El Hueso; Tres Cruces; etc., y el consumo de cal creció rápidamente, para INACESA o INACAL o cales CBB, de las 80.000 t/año que despachó el año 1991, el año 1996 ya estaba en las 200.000 y el 2000 bordeaba las 300.000, para el 2008 llegar a las 550.000 y el 2019 sobre 800.000 t/año.
El 2010-2011 el boom minero de la región de Atacama, que mostraba proyecciones de consumos importantes, entusiasma a otros empresarios y se comienza a desarrollar el proyecto Cal Chile en Copiapó con una capacidad de 150.000 t/año, para llegar a las 400.000, con intenciones de abastecer, entre otros, el mercado que generaría Cerro Cásale; Maricunga y Caserones.
De las 1.034.000 toneladas que se producían en 1990, con 60% producción cautiva, para consumo propio y 40% producción privada, para vender a terceros, hoy en Chile se producen poco más de 2.633.000 t/ de cal, 44% producción cautiva y 56% producción privada, un crecimiento sostenido anual de 4,5%.